Entrevista con Miranda Locadelamaceta
Entrevistamos a Miranda Locadelamaceta sobre sus comienzos como escritora, la influencia que ha tenido en su obra ser migrante y sus proyectos, entre otras cosas.
1.-¿Por qué escribes?
Te puedo responder desde lo opuesto: alguna vez intenté no escribir y me volví inflexible, amarga. Te respondo que a mi mente le sienta bien la escritura porque es el acto donde me aclaro y nombro y evidencio mis contradicciones. Pero creo que mi móvil es la felicidad tremenda que siente mi espíritu cuando me mantengo vinculada al español.
2.- ¿Por qué ponerte de seudónimo “Miranda Locadelamaceta”?
Tengo una tía abuela que, cuando le regalaron un juego de té bastante fino, en vez de guardarlo en una vitrina lo usó como maceta. A pesar de que la criticaron (¿está loca?, ¡era de plata y la echó a perder!) a mí, de niña, me pareció una opción encantadora y atrevida.
Yo, de grande, hice algo similar con una ensaladera de estaño que me regalaron en mi boda. Fue un acto consciente, un «voy a ser la loca de la maceta de mi generación» que provenía de estarme cuestionando los cánones de ser señora.
Jamás preví que la locadelamaceta me llevaría a explorar temas de la vida cotidiana que, más adelante, serían mi rúbrica —yo quería escribir novelas de misterio—, y menos me imaginé, alguna día, que sería mi nueva identidad creativa.
3.- Cuéntanos un poco sobre «Realeza Perdida»
«Realeza Perdida» es una crónica que cuenta el episodio de cómo conocí a Joaquín Sabina y le entregué el primer capítulo de una novela que estaba escribiendo inspirada en su canción “Princesa” (y que, por cierto, se desarrollaba en la casa Torreblanca que está frente al Parque España). Fue un momento impresionante. Yo tenía 19 años, imagínate.
¿En qué terminó? A Sabina le dio la isquemia y yo dejé de escribir durante una década. Nunca terminé la novela, pero con esa crónica gané una mención honorífica en un concurso convocado por el INBA y el Auditorio Nacional.
4.- ¿Qué has publicado?
Mis primeros trabajos fueron en la industria editorial y como reportera, así que por ahí han de andar un montón de artículos míos. Todavía recuerdo uno acerca de «Cómo olvidar a tu ex en 7 días» y otro más acerca de la re-inauguración del Zoológico de Chapultepec. Eso fue de 1992 a 1999.
Desde luego, el auge de Internet y la aparición de los blogs cambió radicalmente mi relación con la escritura. Yo abrí mi blog en 2006 y, desde entonces, procuro publicar un post semanal. En 2009, antes de migrar a California, publiqué una antología de ese blog para darme a conocer. En 2014 «Usted & la Canción Mixteca», que ya va en su segunda edición. El año pasado participé con un texto mío en el libro «Puños en Alto por México», pues los fondos recaudados serán donados para labores de reconstrucción por el sismo de septiembre de 2017. En California he sido coeditora de dos libros de poesía, publicados por una organización sin fines de lucro. También cultivo el tuit que es un género que me gusta particularmente y me cae muy bien.
5.- En el fragmento que publicamos en Escritoras Mexicans escribes: “Dicen que el tiempo cura todas las heridas. No es cierto. La herida de migrar no se quita nunca.” ¿Cómo ha sido tu proceso como migrante? ¿qué tanto de tu experiencia como migrante plasmas en tus letras, sobre todo en Usted & la Canción Mixteca?
Esa pregunta me duele. Yo migré en una condición ideal, en apariencia: a mi entonces esposo le ofrecieron trabajar en las oficinas centrales de su empresa y cuatro meses después estábamos en California. Nos tramitaron las visas, la mudanza, todas las facilidades, era una oportunidad única y la tomamos. Mis hijas y él se adaptaron bien, casi de inmediato. A mí me tocó vivir el duelo migratorio en pleno: perder mi identidad porque era nadie: todo lo que yo sabía o había hecho —me había dedicado a la docencia— era inservible, tenía que empezar de cero. Dejé el libro recién publicado, no tenía red de apoyo, no tenía trabajo y mi energía entera se me iba en procesar cada vivencia, en crear un futuro propio. Me autorecriminaba mucho haber ido de Adelita. Para colmo, mi esposo vivía un proceso distinto y ese desfase, con sus efectos colaterales, nos costó el matrimonio. Mi familia en México también vivió el otro lado de la migración, que fue vernos partir y estar desmembrados porque nosotros no teníamos planes de volver. Fue muy duro.
«Usted & la Canción Mixteca» comenzó siendo otra antología de textos de mi blog, como un corte de caja. Sin embargo, me di cuenta de que había una metanarración y la incorporé. De ese modo y aunque no tenía ese propósito inicial, se convirtió en un libro de relatos cortos que tocan el tema del duelo migratorio.
6.- Cuéntanos un poco más sobre Usted & la Canción Mixteca.
El libro está dividido en cinco partes, de acuerdo con el tema de los relatos: «Usted & la Canción Mixteca» que es mi experiencia como migrante. «Cotidianas» son retratos del diario (esos me gustan porque las lectoras y yo podemos conectarnos fácilmente a través de ellos). «Aprendiz de Naturaleza», que trata del mundo natural y sus invitaciones a ponerle atención. «Madre. Falible» y «Estas letras son mías» son los dos más personales porque hablo desde mi ser madre y ser escritora, según corresponde. «Bitacoreando» tiene más textos acerca de la vida cotidiana. Es decir, el libro habla sobre el duelo migratorio pero no está dirigido a migrantes. Si te quedas, si te preguntas qué más hay o por el lado B, si extrañas, si cantas fuerte, si andas descalza, si le has quitado pelusas a un suéter… ahí podemos coincidir.
7.- Tienes una prosa muy poética, que trastoca, ¿qué te llevó a escribir así?
¡A mí se me hace que es por tanta poesía coral que nos obligaban a recitar en la primaria! Quedaba uno muy proclive a embellecer el drama. Pero ya, más en serio, trastoca porque ese es su origen, creo que proviene de una necesidad muy antigua de exagerar y adornar para ser escuchada. La prosa poética es una de las tantas maneras en las que nombro y establezco conexiones. Me interesa tocar lo que duele, no sólo que suene bonito y ya. Si me preguntas, me gusta más escribir con humor y desde la reflexión aunque no siempre me salen en modo voluntario.
8.- ¿Qué actividades realizas en la Sociedad Iberoamericana de Escritores y a la Asociación de Escritores Latinoamericanos?¿Cuál es la finalidad de estas instituciones?
La finalidad de ambas instituciones es promover la literatura de habla hispana y apoyar a los escritores y escritoras, darlos a conocer y establecer redes de contacto a nivel global. En mi caso, mi actividad principal es pertenecer y estar al tanto de sus eventos tanto virtuales como locales. Para mí, al residir en California, esta pertenencia —y ser parte de los esfuerzos colectivos por mantener vivas las letras en español—me entusiasma muchísimo y me motiva creativamente.
9.- Cuéntanos también un poco de tu labor social con los migrantes.
Todo fue a partir del gobierno de Trump. Antes de las elecciones, yo me dedicaba a dar consultoría (en cuestión de materiales y estrategias de comunicación) para que las familias latinas, sobre todo las recién llegadas, se integraran al sistema educativo norteamericano aprovechando mi formación de comunicóloga, mi conocimiento de los dos sistemas a partir de mi experiencia docente y mi certificación en acompañante de duelo migratorio. Después de las elecciones, surgió una profunda necesidad de informar a las familias acerca de sus derechos como migrantes, qué hacer en caso de una redada, cómo es el proceso de deportación, qué pueden hacer para proteger a su familia. Yo tomé la iniciativa de ese proyecto y así fue como la vida me condujo al área de trabajo social. Ahora me toca dar los talleres de Información para Migrantes y ser parte de la canalización de servicios para las familias.
10.- Me llama la atención que te interesa lo que ocurre dentro de las casas. Cuéntanos un poco más. ¿Te imaginas las historias que podrían pasar en cada casa? ¿Has usado esto para escribir algunos cuentos?
Uy, ¡podría hablar de esto por horas! Me ocupa lo que ocurre dentro de las casas, lo de todos los días. Sí me imagino historias aunque, casi siempre, retomo las que me llegan por tradición oral. Sin embargo, el tema con las casas me lleva al universo de la intimidad y ahí es donde me gustaría quedarme a vivir siempre: la relación con los objetos y los espacios, el cambio, el siendo, el mundo desde una ubicación, una época y un para qué asignado, quién o qué es extraño, qué relatos van conformando (o deshaciendo) un hogar. Dicho de otro modo: las personas tienen una relación profunda con la casa que habitan y viceversa. Esa relación me apasiona.
12.- ¿Qué puede encontrar la gente en tu blog/bitácora locadelamaceta.com?
Relatos breves e intimistas acerca de la vida cotidiana, la naturaleza, la crianza, la escritura y, más recientemente, migrar, pero la verdad es que mis relatos, más que sus temas, son un pretexto para coincidir. Yo aprecio mucho a mis lectores y lectoras y les agradezco el regalo de su tiempo y de su atención a lo largo de estos 12 años y los quiero bien, de corazón. (Y creo que ellos a mí, habrá que preguntarles) ¿Qué hay al final (y por principio) de cada post? Una propuesta de encuentro y de diálogo.
13.- ¿Quiénes son tus escritoras mexicanas preferidas?
Guadalupe Nettel y María Luisa Puga. Otras dos, que son mexicanas por herencia, son Sandra Cisneros, hija de mexicanos, (culpabilísima de mi romance con las casas) y Aurora Correa, española que llegó a México como parte de los Niños de Morelia. Yo creo que si alguna vez logro escribir con la fuerza que ellas alcanzaron, podré morirme en paz.
14.- Actualmente, ¿en qué estás trabajando como escritora?
Trabajo poniendo atención a lo que me rodea, exprimiendo mi memoria en pos de escenas significativas —siempre me inclinaré más hacia el recuerdo que hacia la ficción— y tratando de ir a todas las estate sales (venta de objetos domésticos antes de desmantelar las casas por muerte del dueño(a)) que me sea posible. Tengo dos proyectos que están compitiendo por mi devoción pues además de las casas, el otro tema que me apasiona con intensidad es la vivencia de la menstruación. Unos días escribo sobre escenas en una cocina y otros días quiero contar acerca de la usanza de colgar los paños desmanchados antes de que amaneciera, para que nadie se diera cuenta. Solita me doy cuerda.
15.- ¿Cuáles son tus ritos y manías como escritora?
Uso una libreta rayada y lápiz con punta impecable, enciendo una vela, me pregunto ¿cuál es el texto del día? voy a esa traición que me jodió la vida, revivo el abuso más descarado, veo los ojos de aquel padre mientras lo arrestaban, me detengo en la matraca de risa de los niños en el recreo de las escuelas cuando hace sol, recreo ese abrazo añoradísimo de mi abuela después de años de ausencia, suspiro por ese hombre que me alborota todos los deseos, escucho lo que tengo que decirme y lo registro durante 40 minutos diarios, sin distracciones. Así comienzo mi día, expuesta ante mí misma. Cuando he de pulir un texto, lo hago en la computadora junto a un diccionario de sinónimos. Guardo las versiones en la nube. Reescribo los textos en mi metate de escritorio hasta que los alucino y me frustran. Entonces los dejo descansar seis meses, luego los retomo. Amo ese ciclo, ese ¿yo escribí eso?, ese ¡no vuelvo a escribir más!, el ¡nunca podré escribir así de bien! y el ver el libro en el anaquel, sabiéndome perseverante.